Curso

El cambio climático es un reto importante y polifacético que sigue afectando a la humanidad a escala mundial. Su origen se remonta a las primeras etapas del impacto humano sobre el entorno natural y a las disparidades sociales, culturales y económicas que ha generado en los últimos siglos.

Aunque se trata de un problema global, la responsabilidad y los impactos negativos no están distribuidos por todo el mundo. La fragilidad ecológica de algunos paisajes provocará impactos amplificados y acelerados, exacerbando su vulnerabilidad preexistente, agravada por los acontecimientos históricos de los últimos siglos. El sector agrícola es muy vulnerable a los efectos del cambio climático y no se pueden subestimar las consecuencias medioambientales de una producción alimentaria insostenible.

Los ecosistemas de tipo mediterráneo son especialmente frágiles desde el punto de vista de la actividad agrícola y la producción de alimentos debido a los veranos largos y secos, seguidos de otoños con fuertes precipitaciones, que generan los mayores índices de erosión en unos suelos ya de por sí pobres en materia orgánica. El sur de Europa, en particular Portugal, España, Italia, Grecia y Turquía, presenta claras disparidades medioambientales en comparación con sus homólogos del norte.

Sin embargo, hay esperanza. Los pequeños y nuevos agricultores pueden desempeñar un papel esencial en la lucha contra el cambio climático. El curso CarboNostrum pretende ser el primer paso para proporcionar conocimientos sobre mitigación y adaptación al cambio climático para el sector agrícola. La ciencia actual sobre las causas, efectos y posibles soluciones al cambio climático está ampliamente reconocida e indica que el siguiente paso es ponerla en práctica, combinando la investigación y la tecnología contemporáneas con las prácticas agrícolas tradicionales.

Ante el cambio climático y el aumento de la desertización, el curso mixto CarboNostrum aportará:

1) condiciones técnicas y materiales para aumentar la resistencia al clima y promover parámetros del suelo como la materia orgánica y la capacidad de retención de agua;

2) un marco metodológico para garantizar la resiliencia económica en una actividad frágil por definición, y más aún en un entorno más caluroso y seco, ya que existe el riesgo de que se reduzca el rendimiento de los cultivos y se pierdan ingresos;

3) educación y formación adicionales para acceder a los conocimientos más recientes sobre los servicios ecosistémicos y sobre cómo crear valor de mercado a partir de la base misma de sus actividades y de los servicios medioambientales que prestan (regulación, apoyo, suministro y cultura).

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